Paraje del arroyo de Calamantío |
La actividad minera en
Mansilla se remonta al tiempo de los romanos. De hecho, diversas
monedas y otros restos arqueológicos demuestran que fue un
asentamiento romano en el que se explotaban cuantiosas minas de
cobre. Pero no sólo cobre hay en estas tierras, a lo largo de
los siglos se ha extraído de las montañas que rodean Mansilla otros
minerales: alcohol, hierro, plomo argentífero y plata. Más
recientemente, en el año 1740, se descubren nuevas minas de cobre en
un grado de pureza muy apreciable, habiendo a principios del siglo
XIX más de cuarenta minas de cobre, plomo y plata. En el siglo
XVIII todavía había restos de una gran casa para fundir cobre,
denominada “la Fundición”. Estaba construida en piedra
de sillería, y albergaba pozos para el cobre derretido, hornos,
fuelles y un gran martillo; todo impulsado por el agua.
Muchas
de las minas eran a cielo abierto; en cualquier caso, generalmente,
la extracción se realizaba a fuerza de pico. Algunas de las
explotaciones estaban cercanas al pueblo, hasta se habla en el
Diccionario de Madoz de una fuente mineral cercana al mismo; no al
pueblo actual, sino al que está sumergido por las aguas del pantano.
EL VIEJO MANSILLA
Los mayores de Mansilla hablan con nostalgia de su pueblo. Su
destino cambio invariablemente con el pantano y no siempre para
mejor. Se cumplen cuarenta años de la desaparición bajo las
aguas de un pueblo que albergaba importantes
joyas arquitectónicas, cuyas ruinas quedan al descubierto cuando
baja el nivel del embalse.
Tenía calles empedradas,
hermosos puentes, una iglesia esplendorosa, su Palacio de Islas, el
bello Najerilla, el paseo arbolado, las huertas, medico, farmacia...
numerosas casas blasonadas, ejemplo de la hidalguía de los tiempos
gloriosos de la trashumancia.
Antigüo pueblo de Mansilla |
LAS MINAS DEL CALAMANTIO Y CAMBRONES
Las minas de los
barrancos de Calamantío y Cambrones eran de plata y plomo,
permaneciendo activas hasta entrado el siglo XX, hace unos cien años.
La vena más productiva e importante era la de Cambrones, que
funcionaba en el barranco del mismo nombre, era el filón principal.
La mina del Calamantío
era un filón raíz, y estaba situada a una altura algo por
debajo de la mina de Cambrones. No era tan importante, ni se extrajo
tanto material como el Cambrones. Prueba de que era menos relevante
es que el mineral obtenido no se transportaba en vagonetas, como en
la principal, sino que se bajaba en mulas por el camino que discurre
la ruta. El transporte se realizaba hasta los lavaderos del material
en el inicio del barranco. En la desembocadura del Cambrones, cerca
del actual pueblo de Mansilla viniendo desde la presa, todavía
pueden verse las ruinas de los edificios anejos al lavadero; una vez
lavado el material se cargaba en camiones para su envío a las
industrias de transformación.
Boca mina del Calamantío |
Galería en mina de Calamantío (foto Natalia Martínez Pajares) |
Las dos instalaciones tenían unos canales que captaban agua de la parte alta de cada arroyo para mover una turbina, la cual generaba la electricidad necesaria para la actividad de la explotación y, en el caso de la mina Cambrones, permitía el funcionamiento del ferrocarril que transportaba el material a los lavaderos.
La mayoría de los
trabajadores eran de Mansilla, alternando el trabajo en la mina con
las labores ganaderas.
Bibliografía
Libro "Paseos por Parajes Olvidados de La Rioja".
Texto y fotos
José María Rey García
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