miércoles, 10 de junio de 2020

LAS MINAS DE HIERRO DE VILLAVERDE DE RIOJA (LA RIOJA)


Panorama actual de las minas a cielo abierto
En el siglo XIX aparecieron estudios que señalaban la abundancia de mineral de hierro en la sierra de La Demanda. Las conclusiones de estos trabajos generalmente fueron  exageradas y sus argumentos, en ocasiones, carecían de base científica. Por otra parte, los mismos autores que sacaban a la luz estos inmensos recursos –se hablaba de más de cien millones de toneladas-, justificaban su escasa explotación en la falta de capitales, la carencia de medios técnicos adecuados y los caminos escarpados de la Sierra, que sólo permitían el uso de caballerías. Al margen de estos razonamientos, es de suponer que, si la riqueza y abundancia del mineral hubieran cumplido las expectativas, estos obstáculos se habrían superado.

No obstante, sí que había hierro en la Demanda riojana. Los yacimientos ocupaban una basta extensión a ambos lados de la cuenca del Najerilla, llegando por el Este hasta el Camero Viejo y por el Oeste hasta el río Oja. En todo este territorio había dos zonas donde era cuantioso el mineral:
  • El primero abarcaba las localidades de Ezcaray y las aldeas del alto Oja, Tobía, Matute y Anguiano, describiendo una amplia curva a los pies del pico San Lorenzo.
  • La segunda, traza una franja que se inicia en Brieva siguiendo después por los términos de Ventrosa, Viniegra de Arriba, Viniegra de Abajo y por el NE a Villavelayo y Canales de La Sierra, en la margen izquierda del Najerilla.

Abrevadero en arroyo Ricoja

En ambas zonas predominan los óxidos y el carbonato de hierro, correspondientes a las especies hematíes parda y roja. Asimismo, la riqueza del mineral era baja, oscilando entre un 30 y un 32 por ciento.

En la ruta vamos a visitar la primera franja. En la misma, las vetas no eran uniformes ni continuas lo que originó una extracción selectiva, atacando las vetas más fáciles de explotar para obtener beneficios con rapidez. Como consecuencia de esta práctica, hubo numerosas canteras a cielo abierto.

Arroyo Ricoja
Los hermanos Lozano, de Villaverde de Rioja, me hablaron de una de estas canteras que denominaban “la mina”. Los lugareños saben de la misma lo que contaban y donde estaba, pero el recuerdo se su origen se va perdiendo. A pesar del título de esta salida, la explotación no está en Villaverde, sino en el término de Estollo; cerca del vértice geodésico que señala el alto de Pradilla. La “mina” estaba unos metros al norte, donde vemos una amplia extensión cubierta por boj y matorral. Hoy por hoy, sólo unas piedras sueltas delatan su antigua condición.

LA INDUSTRIA DEL HIERRO EN LAS CUENCAS DEL NAJERILLA Y OJA

Como se ha mencionado, había hierro en estas tierras. Pero su producción en el contexto nacional o comparada con otras provincias mineras fue mínima. De todas formas, el hierro que se extraía, unido a la abundante madera de los bosques aledaños y los torrentes capaces de mover ingenios hidráulicos, permitieron que durante varias décadas del siglo XIX funcionasen algunas ferrerías en los valles del Najerilla y Oja.

El CASTILLO DE PEÑARROYA

También se cuenta que en la planicie de la cima de Peñarroya había un castillo musulmán que dominaba el pueblo y sus alrededores. De hecho, a esta peña también le llaman “el castillo”. En la cumbre se observan vestigios del lienzo de un muro y un buen número de piedras dispersas que llaman la atención. No hay documentación de este lugar y los historiadores, con los que he hablado de este sitio, tampoco saben nada del mismo. De todas formas, como ya he comentado a varios entendidos, sería interesante hacer un estudio arqueológico de este emplazamiento que aportase luz sobre su origen y permitiese su catalogación.


PEÑA HORNOS
Dejando atrás Peñarroya, tras la siguiente loma, vemos a la izquierda los afloramientos calizos de la parte alta del arroyo de Ricoja. En los años noventa una importante empresa del sector minero efectuó prospecciones con la pretensión de abrir minas a cielo abierto para extraer la roca caliza; un proyecto que fue desestimado por sus consecuencias ambientales.


Asimismo, en nuestro lado, frente a los afloramientos calizos, se encuentra el término llamado Peña Hornos. Y es que antaño, en estas laderas había numerosas caleras; hornos donde se quemaba la roca caliza de los alrededores para obtener cal, muy utilizada en tiempos pasados en las labores cotidianas.

Vista de las peñas de Tobía desde el alto de la Pradilla

CÓMO LLEGAR
Circular por la N-120 dirección Nájera. Antes de llegar a esta localidad, tomamos la LR-136 para unirnos a la LR-113 que va hacia Canales. Después de pasar el pueblo de Bobadilla, cogemos la LR-331 hasta Villaverde de Rioja. Al llegar al desvío que sube al pueblo, podemos dejar el coche en un descampado a la derecha.

DESCRIPCIÓN
Avanzamos por la carretera que sigue hacia Estollo, dejando a un lado el pueblo de Villaverde –W-. Pasada la ermita de San Antón cogemos un camino de gravilla a la izquierda –SW- (camino del Campillo). Vemos a la derecha una zona pelada, en cuya parte superior limita con un frondoso hayedo, es la cumbre de Peñarroya, el primer hito en nuestra ruta. Pasados algo más de 100 m llegamos a un cruce; vamos por la derecha, acometiendo una fuerte rampa –NW-. A media subida, desechamos un camino a la izquierda. La pendiente culmina en el límite con Estollo; yendo de frente, se va a Estollo. Nosotros prologamos la subida por la izquierda –SW-, no alejándonos mucho de la valla. Cerca del hayedo la cerca se separa y trepamos por una clara senda hacia el bosque. Antes de entrar en el mismo, nos desviamos a la izquierda por otra vereda que lo circunda –SW-.

Alto de la Pradilla

Tras rodearlo, su parte superior aparece esteparia y se observa la planicie de su cima. En dicho llano, numerosas piedras sueltas y restos de muros nos permiten intuir el “castillo” musulmán del que hablan los lugareños. Podemos ver la zona de la cumbre y luego retornar al camino, prosiguiendo por la senda que estamos –SW-. Al alejarnos de este sitio veremos a nuestros pies los riscos de conglomerado que dan nombre al lugar; algunos son de color rojizo, motivo por el cual se le denomina Peñarroya (roja). Antes del último afloramiento de roca bajo el camino hay una pequeña surgencia estacional cubierta por maleza, cuyo nombre es “El Orinal”. No obstante, el itinerario continúa por el límite con el bosque –SW-. Discurrimos por el cordal y podemos observar a la izquierda las barranqueras –Peña Hornos- donde antaño se ubicaban las numerosas “caleras” del lugar (abajo se ve un montículo). Superamos la divisoria y salimos a una pista forestal en la parte alta del arroyo de Ricoja Avanzamos por la derecha –NW-. Pronto vemos otro camino donde hay marcas rojas y blancas de GR, lo dejamos y nos mantenemos en la pista, que sube trazando una curva. Ganamos altura cubiertos de hayas. Más adelante, a la derecha, aparece otra pista entre el pinar, la cual no tenemos en cuenta (seguir –S-). Desde el cordal disfrutamos de unas hermosas vistas de las Peñas de Tobia y El Serradero.



Nos introducimos en otro hayedo, el itinerario se va borrando hasta desaparecer. Hay que estar atentos porque, antes de perderse, el camino sale del hayedo por la izquierda –SE-, por un paso abierto entre el boj que limita con el bosque. Alcanzamos un portillo que supera una alambrada. Al otro lado, nos incorporamos a una vía más ancha y tapizada de hierba que seguimos por la derecha –W-. Según subimos, al otro lado de la verja, advertimos lo que se parece ser un cortafuegos cubierto por la maleza que limita con el hayedo. En este lugar estaban las antiguas canteras de hierro, hoy sepultadas por el matorral, y cuyos escasos vestigios son algunas piedras dispersas. Tras una cuesta llegamos al hito que corona la cumbre del alto de Pradilla que nos depara un espléndido panorama del valle del Ebro, La Demanda y otras sierras riojanas.



Nos alejamos del Pradilla –W- bordeando el Cerro Cadajón hasta encontrarnos con otra pista; bajamos por la izquierda –SE-. Más adelante, tras varias revueltas, surge un desvío, continuando por la derecha –NE-. En la bajada veremos una fuente con tres caños que se nutre del curso de un arroyo. Llegamos a una encrucijada, viendo a la derecha los corrales de Ocijo; vamos por la izquierda (marcas de GR) –NW-. Más adelante, vemos a la derecha otros corrales en ruinas, aproximándonos a ellos. Ya en los mismos, bajamos por una trocha entre el bosque, la cual desemboca en una senda que discurre por la margen izquierda del arroyo Ricoja –NE-. Según descendemos el itinerario se hace más claro y la vía gana anchura, juntándose finalmente con el camino rural que subía a Peñarroya. Sólo nos queda retornar al punto de partida por el camino que efectuamos al principio.

MAPA


Powered by Wikiloc

Para descargar o ver más detalles de la salida, púlsa en el título o en el logo de Wikiloc 


Bibliografía
Libro "Paseos por Parajes Olvidados de La Rioja"

Texto y fotos
José María Rey García

No hay comentarios:

Publicar un comentario