Un riojano, precursor del chicle en Mexico

Ruperto Prado, un riojano precursor del chicle en mexico. 

El "sicte", palabra originaria de lo que hoy conocemos como chicle, era una goma que los mayas aztecas extraían de la savia de un árbol llamado Chicozapote, el cual crece solo en las selvas tropicales americanas. La mayoría de estos árboles se concentran en el área de Belice, Guatemala y la península del Yucatán, llamada el Gran Petén. 

La extracción de esta "goma" se realiza mediante cortes de machete poco profundos en zig-zag para que la savia caiga y vaya a parar a unas bolsitas que se depositan a efecto. Después, los chicleros recogen las bolsitas y las transportan hasta la planta de procesamiento para su elaboración. 

El chicle es un producto muy común en nuestra sociedad. En realidad comenzó a tomar popularidad después de la Segunda Guerra Mundial. Adams tuvo la idea de comercializarlo y en 1869 obtuvo una patente para la goma de mascar, y dos años más tarde comenzó a comercializarla en masa bajo la marca "Adams New York Chewing Gum".

 

Sin embargo, este comestible fue impulsado por Ruperto Prado Pérez, un riojano emigrante que desarrolló muchos programas para mejorar el nivel de vida de los habitantes de Quintana Roo (México), lugar del cual se comenzó a recolectar la savia del Chicozapote. Prado Pérez construyó carreteras, introdujo la electricidad y el agua potable. todo esto en una población maya prácticamente perdida en la selva. 

Estos logros no fueron reconocidos y "cayeron en el olvido" hasta hace poco tiempo. Fue una expedición de la Ruta Quetzal liderada por su director Miguel de la Quadra Salcedo el que sorprendido por estas obras que había realizado este riojano quedó tan sorprendido que quiso darlo a conocer. 

BIBLIOGRAFÍA

• Artículo del 'Diario La Rioja' de Julio de 2006.

Sara Rey García