07-2015
Esta vez las circunstancias nos llevaron a salir tarde de Logroño hacia nuestro destino en las cercanías del tunel de Bielsa para descender la Foz de la Canal; a las 20,30h iniciabamos la aproximación, rodeados de un espeso bosque de pinos y disfrutando de estupendas vistas de los circos a descender más tarde. Comenzamos la bajada a las 21h, el cauce estaba muy resbaladizo y umbrío, pero con diligencia llegamos a la intimidante cabecera del R70. La bajada está fraccionada en una amplia cornisa, desde la que recogeremos la cuerda con mucho tiento para evitar enganches.
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| Cabecera del R70 en Foz de la Canal |
A partir de aquí, la luz se nos fue con rapidez, cuestión que ya teníamos prevista, aceptando realizar el segundo tramo a la luz de los frontales. Tras la gran cascada, el cauce se viste de vegetación, avanzando por el cauce y por sendas abiertas en sus márgenes hasta encontrar un hito a la izquierda, que señala el acceso a la parte inferior del barranco.
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| R70 en Foz de la Canal |
La parte inferior es una sucesión continuada de rápeles encadenados; la acometimos de noche, haciendo la bajada más laboriosa de lo habitual. Uno de los compañeros llevaba una frontal de led de última generación, que nos permitió disfrutar de un prisma distinto del habitual; los fugaces destellos de su potente luz alternaban con la hermosa vista del cielo nocturno, de una noche limpia y calurosa.
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| Equipando la primera cabecera del tramo inferior |
A pesar de la noche, que nos proporcionó una perspectiva diferente del descenso, disfrutamos sobre todo de las dos bellas cascadas finales, tras las cuales, un corto sendero nos dejaba en la carretera. Eras más de las 12 y media, estabamos con ganas de cenar y dormir, pero con la agradable sensación de lo que habíamos experimentado.
La cena terminó pasadas las 2 de la madrugada, por lo que nos despertamos más tarde de lo habitual para realizar al día siguiente un descenso más sencillo: el Trigoniero. Un desceso muy frecuentado en esta época por barranquistas y empresas. El calor de las últimas semanas se deja notar y la cabecera, al igual que el resto del descenso está muy bajo de caudal.
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| R22 en Trigoniero |
Un rosario de cortos resaltes, pequeños toboganes y saltos nos sitúan en la primera dificultad relevante, un bello R22 que termina en una profunda poza. El lugar está atestado de niños y barranquistas que copan una de las cabecerás; el amplio grupo nos permite pasar a otra cabecera algo más alejada, pudiendo bajar casi sin interrupción.
Sigue un bonito y limpio tobogán de 9m y un salto de 6m, y después otro par de rápeles de cerca de 20m con los que se termina el descenso.
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| R18 previo a cascada final |
Barranco bonito y divertido, algo bajo de agua en esta ocasión, pero de los que hay que conocer y apreciar por estas latitudes.
Texto y fotos
José Mari Rey García
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