La Fresquera.
A día de hoy, en estos tiempos en los que la tecnología forma parte de nuestras vidas y de la que dependen muchas de las actividades que desarrollamos a diario; hoy, más con los ojos puestos en un futuro en el que todo estará informatizado, en el que todo se regirá por las memorias inteligentes de los ordenadores. en contra partida con lo que vendrá, sea lo que sea, también hay que conocer un poco aquellas cosas que formaban antaño parte de la vida de las personas, y a las que hoy en día no damos importancia y, sin embargo, son la raíz de lo que disponemos en la actualidad.
Pues bien, ahora vamos a echar una ojeada al pasado para contemplar un retazo del mismo. Hablamos de las fresqueras, un antiguo "electrodoméstico" que no faltaba en las casas de entonces. Era un cajón pequeño que se colocaba en la parte norte de la casa. La fresquera contenía en su interior una o dos baldas para guardar los alimentos ya cocinados y las cazuelas. La puerta estaba cubierta al aire con una malla pequeña para que no entrase ningún bicho. Las usaban también en verano en las bodegas para mantener los alimentos frescos y parte de la matanza, como por ejemplo el tocino en sal.
En las casas grandes, en la planta baja se hacía una pequeña habitación hondando dos ó tres escalones. En esta habitación, orientada al norte, había una pequeña ventana cubierta con una malla.
Este sólo es un ejemplo de los muchos objetos que formaban parte de una casa antigua, tales como el bordaor, l'arca y los cuales le daban vida y ayudaban a realizar, con la comodidad de antes, las actividades del hogar.
Sara Rey García
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